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Ángel Sabroso
Se inicia el levantamiento armado revolucionario. La señal: formación del primer gobierno de las derechas al que accede la CEDA, con 3 ministros de ésta y Gil Robles como líder “de facto”. El paro y la acción insurreccional habían sido preparados durante meses.
El Comité Revolucionario se reúne en Madrid, tras haber contactado socialistas y comunistas, que habían entrado en las Alianzas obreras en septiembre. No hubo, a nivel estatal, contactos con la CNT, pero ya ésta había considerado inoportuno participar y, en Barcelona, uno de sus dirigentes aconseja por radio a sus militantes que no actúen.
Antes de que amanezca el día 5, todos los cuartelillos de la Guardia Civil de las cuencas mineras asturianas son atacados y, a pesar de la feroz resistencia, caen 40 de los 90 de toda la provincia. Al empezar el día 6, la fase que Bernardo Díaz Nosty denomina “conquista del poder local” ha terminado: el nuevo poder obrero se expresa, con diversas denominaciones, en los Comités Locales.
Pero el poder obrero no se extiende por igual a toda Asturias, ni cuenta con el apoyo activo, sí con la simpatía de los partidos republicanos pequeño-burgueses.
En Cataluña, se produce el levantamiento del Gobierno autónomo (pequeño-burgués) contra el Gobierno central radical-cedista, es decir, burgués-oligárquico, con apoyo, por parte de aquél, de sectores pequeño-burgueses y campesinos. Mientras que el sector obrero de la Alianza, al no contar con CNT-FAI, es muy minoritario, excepto en localidades industriales como Sabadell. La huelga, de todos modos, sí se produce.
Manifestación de mineros en la localidad asturiana de Mieres el mes de octubre de 1934 |
El 5 de octubre de 1934, la UGT llamó a la huelga general en Madrid, pero fue Asturias el foco más grande y duradero de la revolución que se encendió. Dos de las fotos que pudieron tomarse ese día en Oviedo muestran a mineros movilizándose. Van arma al hombro.
Gobierno presidido por Lerroux con ministros de la CEDA, 1934
Entrada
de la CEDA en el Gobierno. Preparación de la revuelta en Barcelona
La
Vanguardia, 9 de diciembre de 1934
Consejillo
en la Generalidad
A
mediodía el Presidente, señor Companys, reunió en su despacho a los consejeros
señores Lluhí, Dencás, Esteve y Gassol, con los que conferenció respecto a las últimas
noticias que le habían sido transmitidas de Madrid, relacionadas con el curso
de la crisis.
Los
consejeros se negaron a hacer manifestación alguna a los periodistas, pero
éstos creyeron observar en los consejeros muestras de contrariedad por la forma
como iba desarrollándose la situación política.
Manifestación
prohibida
Al
recibir ayer tarde a los informadores, el consejero de Gobernación les dijo que
nadie había solicitado permiso para celebrar la manifestación acordada por la
Alianza Obrera, manifestación que, por otro lado, no sería en modo alguno
permitida. - No son los momentos actuales -agregó el señor Dencás- propios para
gritar, sino para esperar tranquilamente, dispuestos a obrar como proceda. No
hay que dar espectáculos, ni originar perturbaciones. Si quieren entregar
algunas conclusiones o formular protestas pueden hacerlo ante el Presidente de
la Generalidad o ante mí; pero, repito, no de modo espectacular, sino
particularmente.Incidentes en las Ramblas
A
pesar de la prohibición gubernativa, los elementos de Alianza Obrera intentaron
anoche, a las siete, celebrar la anunciada manifestación contra el fascismo.
Desde
las seis de la tarde, en la plaza de Cataluña y rambla de Canaletas la
animación y expectación del público, enterado de los propósitos de los
elementos de Alianza Obrera, era notable. La autoridad había dispuesto algunas
medidas de vigilancia, viéndose una sección de guardias de Asalto, con su
camioneta, y varias parejas de guardias del mismo cuerpo prestando servicio de
vigilancia. En la rambla de Canaletas los guardias procuraban disolver los
grupos que se iban formando. A las siete y media, como quiera que los esfuerzos
de los guardias de Asalto resultaban inútiles para hacer circular al público,
formando en su mayor parte por curiosos, la fuerza pública hizo un movimiento
de conjunto, lo que originó alguna alarma entre los grupos que se desbordaron
refugiándose muchos en los establecimientos abiertos a ambos lados de la rambla
de Canaletas, y a la entrada de la calle de Pelayo.
Pasada
la primera impresión, el público volvió a ocupar sus posiciones, y como en
aquel momento un grupo enarbolase una pequeña pancarta, se dió un toque de
atención y se produjo una desbandada general con los consiguientes sustos y
alguna que otra caída. Inmediatamente, rehechos los manifestantes, alguno de
los cuales fué detenido por la Policía, a la altura de la calle de Tallers se
enarbolaron dos o tres banderas rojas. Entonces la fuerza pública dió una
carga, repitiéndose las carreras y los sustos. No por esto, y sin duda por ser
hora de mayor afluencia en las Ramblas, se logró despejar al público. La fuerza
pública volvió a dar otro toque de atención. En aquel momento llegó una sección
de guardias montados que a su vez dió una carga. Frente a la calle de Tallers,
junto a las Ramblas de Canaletas y de los Estudios la fuerza pública tuvo que
operar con energía, ya que continuamente se rehacían los grupos de
manifestantes y de curiosos, oyéndose silbidos y gritos. La actividad de los
guardias de Asalto duró hasta las nueve menos cuarto de la noche, en que el
público y manifestantes comenzaron a abandonar las Ramblas. No obstante, quedó
un retén de fuerzas de Seguridad y de Asalto en previsión de que los incidentes
volvieran a repetirse más tarde.
La
policía practicó algunas detenciones, entre ellas las de los portadores de la
pancarta ya citada y de las banderas rojas de que hemos hecho mención. También
resultaron, a consecuencia de las cargas, algunos contusos que, según nuestras
averiguaciones, no requirieron asistencia en ningún centro benéfico. Los
detenidos
Los
detenidos, al apoderare la fuerza pública de la "pancarta", fueron
conducidos a la Comisaría general, donde manifestaron que se llamaban Joaquín y
Enrique Lino y Mariano Cabrero Monclús. Los dos primeros pertenecen a la
Federación sindicalista y el tercero es socialista. Los tres negaron que fueran
ellos los que llevaban el cartel y la bandera. Todos ingresaron en los
calabozos a disposición del comisario general.
La
inscripción del cartel de que se apoderaron los guardias, dice: "Las
juventudes comunistas ibéricas (B.O.C.), amenazan con destruir por su cuenta
las organizaciones fascistas si el Gobierno no lo hace."
Medida
de precaución
A
primeras horas de la noche se dió orden de que fueran retiradas las pizarras
que algunos periódicos tenían expuestas en las Ramblas para dar cuenta al
público de los incidentes de la tramitación de la crisis.
Esta
medida tenía por objeto evitar que con motivo de leer noticias se aglomerase el
público. Detenciones en un bar
Anoche
la Policía, por sospechas de que un grupo de individuos que se hallaban en el
bar "La Tranquilidad" estuvieran celebrando una reunión clandestina,
procedieron a la detención de doce de las personas que se hallaban en dicho
bar, trasladándolas en una camioneta a la Comisaría general donde se les tomó
la filiación y quedaron a disposición del jefe de la brigada social para
examinar si tienen o no antecedentes.
Grupos
sospechosos
A
última hora de la tarde de ayer fué avisada la Comisaría general de que por las
inmediaciones del edificio de la Casa del Marino rondaba un grupo de individuos
en actitud sospechosa. Acudieron prontamente varios guardias de Asalto, que no
pudieron detener a nadie por haberse dispersado el grupo al llegar la fuerza
pública.
Declaraciones
del señor Dencás Como de costumbre, el consejero de Gobernación recibió
nuevamente a los reporteros a las ocho de la noche de ayer, cuando acababa de
celebrar una larga entrevista con el ex-jefe de servicios de la Comisaría e
Orden Público, señor Badía.
El
señor Dencás dijo a los periodistas que todo se hallaba en plan de normalidad,
pendiente, sin embargo, de los acontecimientos políticos de Madrid, los cuales,
naturalmente, podrían tener repercusión en Cataluña.
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Oviedo, día 6
Las columnas obreras (aproximadamente 1 millar) se apoderan del semicírculo sur de Oviedo, frente a fuerzas superiores del ejército y Guardia Civil: 1.500 soldados, 400 de asalto y 100 guardias civiles y carabineros.
14.30 horas. Toma del Ayuntamiento y Hospital Provincial, ya se habían unido Trubia, Gijón, Mieres, Sama, La Felguera…
Se organizan el abastecimiento, las reservas militares, hospitales de campaña y emisiones por Radio Mieres, así como el servicio de ferrocarriles.
Por el sur, la columna mandada por el general Bosch es paralizada en Vega del Rey.
En Madrid, el Gobierno está nervioso: el Ministro de la Gobernación “por la gracia de Lerroux”, asegura a los periodistas que no pasa nada grave, en tanto que, por presiones de Gil Robles:
SE ENTREGA EL MANDO DE LA ACCIÓN REPRESIVA, COMO EN 1917, AL GENERAL FRANCO (gobernador militar de Baleares). Franco hace venir a Yagüe y moviliza al Tercio de Regulares y al comandante de la Guardia Civil, Doval, especialista en represión y torturas.
En Madrid, la huelga es total, pero los intentos de tomar la Telefónica, el Ministerio de Gobernación, el Parque Móvil y otros edificios, se saldan con un fracaso total. El Círculo Socialista de La Guindalera es tomado por fuerzas de Asalto, con muchos detenidos.
En Barcelona, en plena huelga, Companys proclama el “Estado Catalán de la República Federal Española” y pide el establecimiento, en Barcelona, de un Gobierno provisional de la República. Han sido tomadas Sabadell y Tarrasa, se lucha en Manresa…
En Bilbao y toda la ría, también hay huelga total, frustrada en una semana por la división socialista y la falta de unidad, aunque, en la zona minera, las tropas no entran hasta el día 11, secundadas por la aviación.
En la zona minera de León y Palencia, el poder obrero duró, 2, 3 y hasta 4 días.
La derecha y la Falange, con tal de aplastar la revolución, no dudan en abrazar la causa republicana: “No hay monárquicos ni republicanos. No hay más que españoles y traidores que merecen dejar de serlo.” (ABC, 7 de octubre). En la Puerta del Sol de Madrid, el Consejo Nacional de Falange, con José Antonio en cabeza y la tricolor desplegada, se ofrece al Gobierno “que nos ha devuelto la unidad de España”.
Horas antes, el general Batet, cumpliendo órdenes de Lerroux, ha bombardeado Barcelona. Dos años después, por haberse creído lo de la defensa de la legalidad republicana, es mandado fusilar por Franco.
El Gobierno catalán se rinde y, en su mayor parte, es encarcelado.
Aún están levantadas Santander, Ferrol, Tueste y Uncastillo (Aragón), Villarrobledo…
En las zonas agrarias latifundistas, las consecuencias desastrosas de la huelga de junio (10.000 detenidos, 191 ayuntamientos socialistas destituídos, clausura de locales sindicales y casas del pueblo…) hicieron imposible cualquier acción. Pero los enclaves mineros luchan heroicamente: en La Carolina (Jaén), se atrincheran en la Casa del Pueblo; huelga total en la cuenca jiennense y en Riotinto, así como en algunas capitales: Córdoba, Jaén, Málaga.
País Valencià: la hegemonía de las dos ramas anarcosindicalistas (la mayoría faísta y los “treintistas”) impidió el levantamiento, aunque hubo huelga masiva en Murcia y Alicante.
Poco antes de medianoche quedó dispuesto a entrar en acción nuestro ejército. Total, setenta y dos fusiles, algunas pistolas y varias escopetas recogidas por las aldeas. En vanguardia la dinamita. Teníamos como ya he dicho bastantes bombas, pero no todos saben manejarlas. Las autoridades de Gijón habían tomado desde el día anterior grandes precauciones. Enviaron secciones de soldados y de guardias de Asalto con ametralladoras a establecer puestos de vigilancia en todas direcciones.
Nuestros grupos se pusieron en marcha siguiendo diversas trayectorias para envolver a la población y llegar a los objetivos de toda revolución: a los cuarteles, al ayuntamiento, a las centrales de comunicaciones, a la emisora de radio, etc.
Por la calle Sanz Crespo, en la cual se levanta el edificio de la Casa del Pueblo, entró una de nuestras fracciones y fue la que sostuvo el primer tiroteo con los gubernamentales. Eran estos una sección de soldados que se hallaban en las inmediaciones de la iglesia de San José. Se les hizo frente y se siguió avanzando después de obligarles a retirarse. Otro grupo había entrado por los alrededores de la estación del Norte y siguió por la calle del Marqués de San Esteban hasta llegar a la plaza de Galán y García Hernández, donde se unió con los que venían del Humedal, marchando juntos hasta el muelle. Al llegar a los jardinillos de la dársena, se encontraron con una resistencia muy enérgica. Fuerzas de Asalto habían ocupado algunos edificios y se hizo preciso sostener un nutrido tiroteo para abrirse camino de Cimadevilla, el barrio de Pescadores bombardeado más tarde por el crucero Libertad.
Otros dos grupos entraron en dirección al Parque de Begoña y a la Plaza del 6 de Agosto. Ambos encontraron resistencia que vencer en el camino. El que llegó a Begoña, avanzando metro a metro, con ayuda de cuantos portales se encontraban abiertos a aquellas horas, intentó seguir descendiendo por la calle de Fernández Vallín, que baja a la más importante arteria de la villa, o sea, a la calle Corrida; no pudo lograrlo a causa del fuego intensísimo que se les hizo desde el edificio de Correos, enclavado al final de la citada calle. Los revolucionarios quisieron entonces descender por la misma calle de Begoña y ganar sus objetivos en la zona más céntrica de Gijón, hasta llegar a enlazar con los compañeros que se dirigían al muelle. Tampoco fue posible. A la calle de Begoña da una de las fachadas del que fue Instituto Jovellanos convertido en la actualidad en cuartel de Asalto, y desde este cuartel subía una verdadera lluvia de balas. El otro grupo fue detenido por el fuego en la Plaza del 6 de Agosto. Los dos tuvieron que replegarse con dirección al barrio del Llano de Abajo, una zona popular, muy desatendida, por cierto y en la que la población obrera es casi la totalidad del vecindario. Todo el barrio del Llano y el de Ceares, que está más alto, al sur de Gijón, quedaron en poder de los revolucionarios y en ellos se hicieron fuertes levantando barricadas. Así dominaban las entradas más importantes de la población, o sea, la carretera de Avilés, la de Oviedo y la de Langreo.
La noche del sábado y la madrugada del domingo transcurrieron con nutrido tiroteo, al final del cual las cosas quedaban como acabamos de decir: unos grupos resistiendo en lo más alto de Gijón, entre los pescadores, y en lo más bajo, en la parte reservada a otros sectores de la colectividad obrera gijonesa, el vecindario, hombres y mujeres salió a preparar barricadas para proteger la resistencia a los compañeros levantados en armas. Por allí anduvo José María Martínez con su actividad habitual, aconsejando sobre el emplazamiento de las barricadas y ayudando como el que más en la tarea.
Si los planes del Comité provincial hubieran podido desarrollarse sin grandes quiebras y los obreros sindicalistas y socialistas de Gijón no hubiesen tenido que salir a poner en riesgo sus vidas con mezquinos medios de ataque, ya veríamos cuan distintos iban a ser los resultados; pero en Gijón se emprendió la lucha con treinta y tantas horas de retraso, a sabiendas de que Oviedo no había sido tomado aún y presintiendo que el movimiento no iba muy bien en el resto del país. No se olvide que la radio seguía dando, desde Madrid y Barcelona, noticias desfavorables para la marcha del movimiento, lo que indicaba a las claras que el Gobierno no había perdido este medio de comunicación y propaganda. Aunque fuera falso lo que la radio decía, mal síntoma era que pudiera seguir diciéndolo casi a los dos días de estallar la revolución"
El tiroteo en las calles gijonesas
Y llegó la noche del 6. En un lugar de las inmediaciones del casco urbano volvieron a reunirse sigilosamente los comprometidos. A nuestra primera concentración habían acudido unos trescientos hombres: a esta acudieron quinientos. Fue un conflicto, porque tuvieron que irse con las manos vacías casi todos. Por cierto que hubo un muchacho de unos dieciséis años, que ya nos había demostrado su decisión, al que no quisimos, se primera intención, entregar un fusil. Se desesperaba y no paró de uno y otro moviendo influencias para convencernos de que tenía tanto sentido como los viejos y tanto valor como el que más. Pero, no sabes manejar el fusil, le dije yo. El rapaz se alejó un momento del grupo y volvió al cabo de un rato con la persona que podía darle carta de aptitud para llevar el arma. No hubo otro remedio que dársela y no nos arrepentimos. Queda otro detalle interesante, José María Martínez, el viejo prestigioso, líder del sindicalismo gijonés, que pereció en la contienda, nos reclamó también su fusil. Nos resistimos a dárselo entonces, porque consideramos que su papel era otro, si se quiere más importante, con lo cual no pretendo restar valor al valor mismo que en José María era cuestión probada. No se lo dimos, pero se lo tomó después.
Poco antes de medianoche quedó dispuesto a entrar en acción nuestro ejército. Total, setenta y dos fusiles, algunas pistolas y varias escopetas recogidas por las aldeas. En vanguardia la dinamita. Teníamos como ya he dicho bastantes bombas, pero no todos saben manejarlas. Las autoridades de Gijón habían tomado desde el día anterior grandes precauciones. Enviaron secciones de soldados y de guardias de Asalto con ametralladoras a establecer puestos de vigilancia en todas direcciones.
Nuestros grupos se pusieron en marcha siguiendo diversas trayectorias para envolver a la población y llegar a los objetivos de toda revolución: a los cuarteles, al ayuntamiento, a las centrales de comunicaciones, a la emisora de radio, etc.
Por la calle Sanz Crespo, en la cual se levanta el edificio de la Casa del Pueblo, entró una de nuestras fracciones y fue la que sostuvo el primer tiroteo con los gubernamentales. Eran estos una sección de soldados que se hallaban en las inmediaciones de la iglesia de San José. Se les hizo frente y se siguió avanzando después de obligarles a retirarse. Otro grupo había entrado por los alrededores de la estación del Norte y siguió por la calle del Marqués de San Esteban hasta llegar a la plaza de Galán y García Hernández, donde se unió con los que venían del Humedal, marchando juntos hasta el muelle. Al llegar a los jardinillos de la dársena, se encontraron con una resistencia muy enérgica. Fuerzas de Asalto habían ocupado algunos edificios y se hizo preciso sostener un nutrido tiroteo para abrirse camino de Cimadevilla, el barrio de Pescadores bombardeado más tarde por el crucero Libertad.
Otros dos grupos entraron en dirección al Parque de Begoña y a la Plaza del 6 de Agosto. Ambos encontraron resistencia que vencer en el camino. El que llegó a Begoña, avanzando metro a metro, con ayuda de cuantos portales se encontraban abiertos a aquellas horas, intentó seguir descendiendo por la calle de Fernández Vallín, que baja a la más importante arteria de la villa, o sea, a la calle Corrida; no pudo lograrlo a causa del fuego intensísimo que se les hizo desde el edificio de Correos, enclavado al final de la citada calle. Los revolucionarios quisieron entonces descender por la misma calle de Begoña y ganar sus objetivos en la zona más céntrica de Gijón, hasta llegar a enlazar con los compañeros que se dirigían al muelle. Tampoco fue posible. A la calle de Begoña da una de las fachadas del que fue Instituto Jovellanos convertido en la actualidad en cuartel de Asalto, y desde este cuartel subía una verdadera lluvia de balas. El otro grupo fue detenido por el fuego en la Plaza del 6 de Agosto. Los dos tuvieron que replegarse con dirección al barrio del Llano de Abajo, una zona popular, muy desatendida, por cierto y en la que la población obrera es casi la totalidad del vecindario. Todo el barrio del Llano y el de Ceares, que está más alto, al sur de Gijón, quedaron en poder de los revolucionarios y en ellos se hicieron fuertes levantando barricadas. Así dominaban las entradas más importantes de la población, o sea, la carretera de Avilés, la de Oviedo y la de Langreo.
La noche del sábado y la madrugada del domingo transcurrieron con nutrido tiroteo, al final del cual las cosas quedaban como acabamos de decir: unos grupos resistiendo en lo más alto de Gijón, entre los pescadores, y en lo más bajo, en la parte reservada a otros sectores de la colectividad obrera gijonesa, el vecindario, hombres y mujeres salió a preparar barricadas para proteger la resistencia a los compañeros levantados en armas. Por allí anduvo José María Martínez con su actividad habitual, aconsejando sobre el emplazamiento de las barricadas y ayudando como el que más en la tarea.
Si los planes del Comité provincial hubieran podido desarrollarse sin grandes quiebras y los obreros sindicalistas y socialistas de Gijón no hubiesen tenido que salir a poner en riesgo sus vidas con mezquinos medios de ataque, ya veríamos cuan distintos iban a ser los resultados; pero en Gijón se emprendió la lucha con treinta y tantas horas de retraso, a sabiendas de que Oviedo no había sido tomado aún y presintiendo que el movimiento no iba muy bien en el resto del país. No se olvide que la radio seguía dando, desde Madrid y Barcelona, noticias desfavorables para la marcha del movimiento, lo que indicaba a las claras que el Gobierno no había perdido este medio de comunicación y propaganda. Aunque fuera falso lo que la radio decía, mal síntoma era que pudiera seguir diciéndolo casi a los dos días de estallar la revolución"
Ignacio Lavilla
Lunes 8
Se toman las fábricas de armas de Oviedo y se contraataca en Gijón. El lunes 8 casi toda Oviedo es dominada.
Las tropas de López Ochoa, rechazadas cerca de Trubia, marchan desde Avilés, protegidas por 21 aviones y con los prisioneros maniatados en cabeza de la columna (así murió, entre otros, el dirigente socialista Bonifacio Martín)
El día 8, como en 1917, el Comité Coordinador (socialista) es detenido. Escapan Prieto (que ya se las había apañado en 1917 y 1930), Negrín y Álvarez del Vayo. Companys se entrega el 14; el martes 9 es detenido Azaña.
Que el Comité Revolucionario, como intérprete de la voluntad popular, y velando por los intereses de la Revolución, se dispone a tomar, con la energía necesaria, todas las medidas conducentes a encauzar el curso del movimiento. A tal efecto, disponemos:
1º El cese radical de todo acto de pillaje, preveniendo que todo individuo que sea cogido en un acto de esta naturaleza será pasado por las armas.
2º Todo individuo que posee armas en su poder debe presentarse inmediatamente ante el Comité a identificar su personalidad. A quien se coja con armas en su domicilio o en la calle, sin la correspondiente declaración, será juzgado severamente.
3º Todo el que tenga en su domicilio artículos productos del pillaje o cantidades de los mismos que sean productos de ocultaciones, se les conmina a hacer entrega de los mismos inmediatamente. El que así no lo haga, se atendrá a las consecuencias naturales como enemigos de la Revolución.
4º Todos los víveres existentes, así como artículos de vestir, quedan confiscados.
5º Se ruega la presentación inmediata ante este Comité de todos los miembros pertenecientes a los Comités directivos de las organizaciones obreras de la localidad, para normalizar la distribución y consumo de víveres y artículos de vestir.
6º Los miembros de los partidos y Juventudes obreras de la localidad deben presentarse inmediatamente con su correspondiente carnet para constituir la guardia roja que ha de velar por el orden y la buena marcha de la Revolución.
En Oviedo, a 9 de octubre de 1934.
El triunfo de nuestra causa es cuestión de horas.
Asturias particularmente, los obreros que han triunfado, se constituyeron en poder en Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Pola de Lena y Aller. Gijón y Oviedo estarán completamente en nuestro poder dentro de unas horas.
Vizcaya, Cataluña, Aragón, Levante, Valladolid y otras muchas provincias, están en idénticas circunstancias que Asturias.
En Madrid tenemos a raya a las fuerzas reaccionarias. Sólo falta para el triunfo total que vayamos creando los Cuerpos del ejército proletario disciplinadamente, obedeciendo ciegamente los mandos de los jefes superiores del Ejército Rojo.
Particularmente al pueblo de Grado, se advierte que quien tenga armas, las tendrá inexorablemente que entregar en el plazo del día de la fecha. Quien no lo haga, será considerado como enemigo del nuevo régimen, y como tal, se atenderá a sus consecuencias.
Igualmente se participa a los comerciantes que serán responsables de los víveres que tengan en su poder, los que tendrán que entregar al Comité Revolucionario sin ocultación de ninguna clase.
Se advierte igualmente que el Comité Revolucionario procederá con todo rigor contra los individuos que sin control del mismo intente saquear o apoderarse en su provecho de mercancías o cosas, las que son declaradas de utilidad pública.
¡Viva el Gobierno Obrero y Campesino!
Grado, 9 de octubre de 1934.
Bando del Comité Revolucionario de Alianza Obrero-campesina de Asturias (9 de octubre)
Comité Revolucionario de Alianza de Obreros y Campesinos de Asturias
Hacemos saber:
Que el Comité Revolucionario, como intérprete de la voluntad popular, y velando por los intereses de la Revolución, se dispone a tomar, con la energía necesaria, todas las medidas conducentes a encauzar el curso del movimiento. A tal efecto, disponemos:
1º El cese radical de todo acto de pillaje, preveniendo que todo individuo que sea cogido en un acto de esta naturaleza será pasado por las armas.
2º Todo individuo que posee armas en su poder debe presentarse inmediatamente ante el Comité a identificar su personalidad. A quien se coja con armas en su domicilio o en la calle, sin la correspondiente declaración, será juzgado severamente.
3º Todo el que tenga en su domicilio artículos productos del pillaje o cantidades de los mismos que sean productos de ocultaciones, se les conmina a hacer entrega de los mismos inmediatamente. El que así no lo haga, se atendrá a las consecuencias naturales como enemigos de la Revolución.
4º Todos los víveres existentes, así como artículos de vestir, quedan confiscados.
5º Se ruega la presentación inmediata ante este Comité de todos los miembros pertenecientes a los Comités directivos de las organizaciones obreras de la localidad, para normalizar la distribución y consumo de víveres y artículos de vestir.
6º Los miembros de los partidos y Juventudes obreras de la localidad deben presentarse inmediatamente con su correspondiente carnet para constituir la guardia roja que ha de velar por el orden y la buena marcha de la Revolución.
En Oviedo, a 9 de octubre de 1934.
El Comité Revolucionario
Bando del Comité Revolucionario de Grado (9 de octubre)
OBREROS Y CAMPESINOS, PUEBLO DE GRADO:
El proletariado de toda España, con un valor y una heroicidad desconocidos, se baten con las fuerzas que aún defienden, aunque en los estertores de la agonía, el régimen de explotación.
El triunfo de nuestra causa es cuestión de horas.
Asturias particularmente, los obreros que han triunfado, se constituyeron en poder en Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Pola de Lena y Aller. Gijón y Oviedo estarán completamente en nuestro poder dentro de unas horas.
Vizcaya, Cataluña, Aragón, Levante, Valladolid y otras muchas provincias, están en idénticas circunstancias que Asturias.
En Madrid tenemos a raya a las fuerzas reaccionarias. Sólo falta para el triunfo total que vayamos creando los Cuerpos del ejército proletario disciplinadamente, obedeciendo ciegamente los mandos de los jefes superiores del Ejército Rojo.
Particularmente al pueblo de Grado, se advierte que quien tenga armas, las tendrá inexorablemente que entregar en el plazo del día de la fecha. Quien no lo haga, será considerado como enemigo del nuevo régimen, y como tal, se atenderá a sus consecuencias.
Igualmente se participa a los comerciantes que serán responsables de los víveres que tengan en su poder, los que tendrán que entregar al Comité Revolucionario sin ocultación de ninguna clase.
Se advierte igualmente que el Comité Revolucionario procederá con todo rigor contra los individuos que sin control del mismo intente saquear o apoderarse en su provecho de mercancías o cosas, las que son declaradas de utilidad pública.
¡Viva el Gobierno Obrero y Campesino!
Grado, 9 de octubre de 1934.
El Comité
Día 10
Los revolucionarios aún dominan Oviedo.
Tarde del jueves 11
López Ochoa entra en Oviedo. Ya en la madrigada del 10, el crucero “Cervantes” desembarca en Gijón a las tropas mercenarias de África: varios millares, mandados por Yagüe, arrasan Gijón y marchan sobre Oviedo.
El mismo día, los socialistas Peña, Dutor y Antuña, proponen organizar la retirada, en contra de la postura, expresada en el Comité Provincial del día 11, por los comunistas y el anarquista José María Martínez, muerto a los pocos días, “en condiciones sospechosas”, según Tuñón de Lara. Todos aceptaron, finalmente, la proposición de González Peña.
No os extrañe, pues, trabajadores, que el mundo que estamos forjando cueste sangre, dolores, lágrimas; todo es fecundo en la Tierra.
Ahora bien: Esta obra de gigantes necesita del concurso de todos. Los jóvenes varones se baten en las calles con un entusiasmo y valor digno de la causa que se defiende. Son los verdaderos héroes de esta jornada que van a libertar de la esclavitud a la clase trabajadora. Y, como todos somos necesarios, a los que no luchan con el fusil se les pide su cooperación personal para cuantas operaciones secundarias sean necesarias. El abastecimiento del vecindario es complicado. Lo hace más difícil la falta de transportes ferroviarios que habría, según lo convenido, de proporcionarnos lo que nos hiciera falta. Será cuestión de días normalizar la vida de trabajo, a la que nos corre prisa llegar.
Sí, sí; nos corre prisa dejar las armas, queremos pronto licenciar la juventud para que se dedique a crear y no a destruir, porque es un verdadero sarcasmo que quien nace para dar vida empuñe instrumentos de muerte. Será cuestión de horas, las necesarias para que se convenzan los antiguos privilegiados de que sus privilegios han terminado para siempre, como terminó en su época, el derecho de pernada de los señores feudales.
Atendiendo a las dificultades que hemos de encontrar en el abastecimiento de víveres, las familias han de cooperar, en lo que puedan, los días que duren las estrecheces económicas. Cada hogar se surtirá de lo sumamente indispensable, sacrificando el estómago. Si alguna familia puede pasar unas horas sin un artículo, no debe pedirlo. Los labradores deben consumir en estas horas difíciles, los pocos productos de que dispongan, en la seguridad de que muy pronto pondremos a su disposición útiles de trabajo, semillas y abono.
Las clases que se resistan a ingresar en las filas de los trabajadores, porque tienen dinero o crédito, desde hoy no podrán surtirse en la forma que lo venían haciendo. Los comestibles que en el día de hoy, y en adelante, se expendan, son de nuestros almacenes. Los expendedores, en cuya honradez fiamos, que sean infieles, ya sabremos cómo hemos de tratarlos, advirtiéndoles que no son estos los momentos más propicios para contemplaciones.
El pueblo en general ha de sentir la inmensa satisfacción de ver su ideal realizado. Pocas horas no más, y habrá más pan en todos los hogares y más alegría en los corazones.
Seamos todos dignos de los momentos en que vivimos, levantando la frente tantos siglos humillada.
Soldados del ideal: en disposición y en alto vuestro fusil; aún hay enemigos. Todavía miles de hermanos de clase se baten en algunos pueblos. Nuestro triunfo no puede hacernos olvidar que vuestra voluntad y esfuerzo serán necesarios a otros trabajadores que luchan con más dificultades.
Mujeres: por vuestros hijos que van a forjar en adelante un mundo mejor, ayudad en esta empresa. Consumid poco, lo estrictamente indispensable; sed vosotras también dignas de la hora actual.
¡Trabajadores! ¡¡Viva la Revolución Social!!
Grado, Octubre de 1934.
Bando del Comité Revolucionario de Grado (¿11? de octubre)
A LOS TRABAJADORES Y CAMPESINOS DEL CONCEJO DE GRADO
Compañeros: Estamos creando una nueva sociedad. Y como en el mundo biológico, el alumbramiento se verifica con desgarramientos físicos y dolores morales. Son leyes naturales a las que nadie ni nada escapa. El hombre más preclaro que produjo la Humanidad, nació de madre moribunda, rendida a los dolores del vientre desgarrado. Es fatal que así sea. La muerte produce la vida. La agonía de un moribundo, su último aliento, va a fortalecer los pulmones de un recién nacido. Va a darle vida.
Compañeros: Estamos creando una nueva sociedad. Y como en el mundo biológico, el alumbramiento se verifica con desgarramientos físicos y dolores morales. Son leyes naturales a las que nadie ni nada escapa. El hombre más preclaro que produjo la Humanidad, nació de madre moribunda, rendida a los dolores del vientre desgarrado. Es fatal que así sea. La muerte produce la vida. La agonía de un moribundo, su último aliento, va a fortalecer los pulmones de un recién nacido. Va a darle vida.
No os extrañe, pues, trabajadores, que el mundo que estamos forjando cueste sangre, dolores, lágrimas; todo es fecundo en la Tierra.
Ahora bien: Esta obra de gigantes necesita del concurso de todos. Los jóvenes varones se baten en las calles con un entusiasmo y valor digno de la causa que se defiende. Son los verdaderos héroes de esta jornada que van a libertar de la esclavitud a la clase trabajadora. Y, como todos somos necesarios, a los que no luchan con el fusil se les pide su cooperación personal para cuantas operaciones secundarias sean necesarias. El abastecimiento del vecindario es complicado. Lo hace más difícil la falta de transportes ferroviarios que habría, según lo convenido, de proporcionarnos lo que nos hiciera falta. Será cuestión de días normalizar la vida de trabajo, a la que nos corre prisa llegar.
Sí, sí; nos corre prisa dejar las armas, queremos pronto licenciar la juventud para que se dedique a crear y no a destruir, porque es un verdadero sarcasmo que quien nace para dar vida empuñe instrumentos de muerte. Será cuestión de horas, las necesarias para que se convenzan los antiguos privilegiados de que sus privilegios han terminado para siempre, como terminó en su época, el derecho de pernada de los señores feudales.
Atendiendo a las dificultades que hemos de encontrar en el abastecimiento de víveres, las familias han de cooperar, en lo que puedan, los días que duren las estrecheces económicas. Cada hogar se surtirá de lo sumamente indispensable, sacrificando el estómago. Si alguna familia puede pasar unas horas sin un artículo, no debe pedirlo. Los labradores deben consumir en estas horas difíciles, los pocos productos de que dispongan, en la seguridad de que muy pronto pondremos a su disposición útiles de trabajo, semillas y abono.
Las clases que se resistan a ingresar en las filas de los trabajadores, porque tienen dinero o crédito, desde hoy no podrán surtirse en la forma que lo venían haciendo. Los comestibles que en el día de hoy, y en adelante, se expendan, son de nuestros almacenes. Los expendedores, en cuya honradez fiamos, que sean infieles, ya sabremos cómo hemos de tratarlos, advirtiéndoles que no son estos los momentos más propicios para contemplaciones.
El pueblo en general ha de sentir la inmensa satisfacción de ver su ideal realizado. Pocas horas no más, y habrá más pan en todos los hogares y más alegría en los corazones.
Seamos todos dignos de los momentos en que vivimos, levantando la frente tantos siglos humillada.
Soldados del ideal: en disposición y en alto vuestro fusil; aún hay enemigos. Todavía miles de hermanos de clase se baten en algunos pueblos. Nuestro triunfo no puede hacernos olvidar que vuestra voluntad y esfuerzo serán necesarios a otros trabajadores que luchan con más dificultades.
Mujeres: por vuestros hijos que van a forjar en adelante un mundo mejor, ayudad en esta empresa. Consumid poco, lo estrictamente indispensable; sed vosotras también dignas de la hora actual.
¡Trabajadores! ¡¡Viva la Revolución Social!!
Grado, Octubre de 1934.
El Comité Revolucionario
Bando del (2º) Comité Revolucionario de Alianza Obrero-campesina de Asturias (11 de octubre)
Comité Revolucionario de Alianza Obrera y Campesina de Asturias.
A todos los trabajadores:
Compañeros: Ante la marcha victoriosa de nuestra revolución, ya gloriosa, los enemigos de los intereses de nuestra clase utilizan todas sus malas artes en intentar desmoralizar a los trabajadores asturianos que en magnífico esfuerzo se han colocado a la cabeza de la Revolución proletaria española.
Mientras en el resto de las provincias se dan noticias de que en Asturias está sofocado el movimiento, el Gobierno contrarrevolucionario dice en sus proclamas a los trabajadores de nuestra región que en el resto de España no ocurre nada y nos invita a entregarnos a nuestros verdugos.
Hoy podemos decir que la base aérea de León ha caído en poder de los obreros revolucionarios leoneses y que éstos se disponen a enviarnos fuerzas en nuestra ayuda. Contra la voluntad indomable del proletariado asturiano, nada podrán las fuerzas del fascismo.
Estamos dispuestos, antes de ser vencidos, a vender cara nuestra existencia. Tras nosotros, el enemigo sólo encontrará un montón de ruinas.
Por cada uno de los nuestros que caiga por la metralla de los aviones, haremos justicia con los centenares de rehenes que tenemos prisioneros.
Sépanlo nuestros enemigos. ¡Camaradas: un último esfuerzo por el triunfo de la revolución! ¡Viva la revolución obrera y campesina!
11-10-1934.
El Comité.
A todos los trabajadores:
Compañeros: Ante la marcha victoriosa de nuestra revolución, ya gloriosa, los enemigos de los intereses de nuestra clase utilizan todas sus malas artes en intentar desmoralizar a los trabajadores asturianos que en magnífico esfuerzo se han colocado a la cabeza de la Revolución proletaria española.
Mientras en el resto de las provincias se dan noticias de que en Asturias está sofocado el movimiento, el Gobierno contrarrevolucionario dice en sus proclamas a los trabajadores de nuestra región que en el resto de España no ocurre nada y nos invita a entregarnos a nuestros verdugos.
Hoy podemos decir que la base aérea de León ha caído en poder de los obreros revolucionarios leoneses y que éstos se disponen a enviarnos fuerzas en nuestra ayuda. Contra la voluntad indomable del proletariado asturiano, nada podrán las fuerzas del fascismo.
Estamos dispuestos, antes de ser vencidos, a vender cara nuestra existencia. Tras nosotros, el enemigo sólo encontrará un montón de ruinas.
Por cada uno de los nuestros que caiga por la metralla de los aviones, haremos justicia con los centenares de rehenes que tenemos prisioneros.
Sépanlo nuestros enemigos. ¡Camaradas: un último esfuerzo por el triunfo de la revolución! ¡Viva la revolución obrera y campesina!
11-10-1934.
El Comité.
Bando del (2º) Comité Revolucionario de Alianza Obrero-campesina de Asturias (11 de octubre)
REPÚBLICA DE OBREROS Y CAMPESINOS DE ASTURIAS
Trabajadores: El avance progresivo de nuestro glorioso movimiento se va extendiendo por toda España; son muchísimas las poblaciones españolas en donde el movimiento está consolidado con el triunfo de los trabajadores, campesinos, obreros y soldados.
Establecidas y aseguradas nuestras comunicaciones interiores, se os tendrá al corriente de cuanto suceda en nuestra República y en el resto de España.
Instaladas nuestras emisoras de radio, las cuales, en onda corriente y en onda extra-corta, os pondrán al corriente de todo.
Es preciso el último esfuerzo para la consolidación del triunfo de la Revolución.
El enemigo fascista se va rindiendo, así como se van entregando los componentes mercenarios con su aparato represivo, fusiles, ametralladoras, cartuchería, proyectiles varios, que no podemos señalar, para que no se conozca el material de combate de que disponemos, han caído en nuestras manos.
Las fuerzas del ejército de la derrotada República del 14 de Abril se baten en retirada, y en todas nuestras avanzadillas se van sumando los soldados para enrolarse en nuestro glorioso movimiento.
¡Adelante, trabajadores, mujeres, campesinos, soldados y milicianos revolucionarios!
¡Viva la revolución social!
El Comité Revolucionario
Trabajadores: El avance progresivo de nuestro glorioso movimiento se va extendiendo por toda España; son muchísimas las poblaciones españolas en donde el movimiento está consolidado con el triunfo de los trabajadores, campesinos, obreros y soldados.
Establecidas y aseguradas nuestras comunicaciones interiores, se os tendrá al corriente de cuanto suceda en nuestra República y en el resto de España.
Instaladas nuestras emisoras de radio, las cuales, en onda corriente y en onda extra-corta, os pondrán al corriente de todo.
Es preciso el último esfuerzo para la consolidación del triunfo de la Revolución.
El enemigo fascista se va rindiendo, así como se van entregando los componentes mercenarios con su aparato represivo, fusiles, ametralladoras, cartuchería, proyectiles varios, que no podemos señalar, para que no se conozca el material de combate de que disponemos, han caído en nuestras manos.
Las fuerzas del ejército de la derrotada República del 14 de Abril se baten en retirada, y en todas nuestras avanzadillas se van sumando los soldados para enrolarse en nuestro glorioso movimiento.
¡Adelante, trabajadores, mujeres, campesinos, soldados y milicianos revolucionarios!
¡Viva la revolución social!
El Comité Revolucionario
Día 12
Se produce la retirada y se forma el 2º Comité, formado en su mayoría por jóvenes comunistas.
Este Comité organiza militarmente la retirada, combatiendo “casa por casa” y no “calle por calle”. Es el periodo llamado por David Ruiz “5ª fase”.
Regulares y Cazadores asaltan Oviedo, protegidos por la aviación y la artillería.
Día 13
Bando del Comité de Guerra Revolucionario de Grado (13 de octubre)
BANDO del Comité de Guerra,
Ordenes:
Todo ciudadano que propale noticias tendenciosas que favorezcan la posición de las fuerzas represivas del Gobierno, como medida preventiva será detenido y, una vez probada la falsedad de la misma, será fusilado.
Asimismo, todo comerciante al que no le corresponda por turno tener abierto el establecimiento, que despache mercancías de cualquier clase, con o sin dinero, una vez comprobado, será pasado por las armas.
Grado, 13 de Octubre de 1934.
El Comité de Guerra Revolucionario
Bando del (2º) Comité Revolucionario de la Alianza de Obreros y Campesinos de Asturias (13 de octubre)
COMITÉ REVOLUCIONARIO DE ALIANZA DE OBREROS Y CAMPESINOS DE ASTURIAS
Camaradas:
Ha llegado el momento de hablar claro. Ante la magnitud de nuestro movimiento, ya triunfante en toda España, solo os recomendamos un último esfuerzo: nada más quedan pequeños focos de enemigos que se esfuerzan en resistir inútilmente la fuerza arrolladora de la Revolución. Hoy podemos deciros que Cataluña está completamente en poder de nuestros camaradas.
En Madrid, Valencia, Zaragoza, Andalucía, Extremadura, Galicia, Vizcaya, y el resto de España sólo quedan pequeños focos de enemigos, como os acabamos de decir.
El cañonero Dato y otros buques de guerra se han puesto al servicio de la Revolución.
Urge, pues, terminar de una vez con esta situación; en lo que respecta a Oviedo, dar el último empujón a los defensores del capitalismo moribundo.
No hacer caso en absoluto de los pasquines que arrojan.
Hoy, 13 Oct.
El Comité Revolucionario
Camaradas:
Ha llegado el momento de hablar claro. Ante la magnitud de nuestro movimiento, ya triunfante en toda España, solo os recomendamos un último esfuerzo: nada más quedan pequeños focos de enemigos que se esfuerzan en resistir inútilmente la fuerza arrolladora de la Revolución. Hoy podemos deciros que Cataluña está completamente en poder de nuestros camaradas.
En Madrid, Valencia, Zaragoza, Andalucía, Extremadura, Galicia, Vizcaya, y el resto de España sólo quedan pequeños focos de enemigos, como os acabamos de decir.
El cañonero Dato y otros buques de guerra se han puesto al servicio de la Revolución.
Urge, pues, terminar de una vez con esta situación; en lo que respecta a Oviedo, dar el último empujón a los defensores del capitalismo moribundo.
No hacer caso en absoluto de los pasquines que arrojan.
Hoy, 13 Oct.
El Comité Revolucionario
Dos muchachas, Aida Lafuente y una “sirvienta”, armadas de una ametralladora, cierran el acceso a la iglesia de San Pedro de Arcos. Palmo a palmo llegan los legionarios, mandados por el teniente ruso-blanco Iván Ivanov: las rematan a bayonetazos. El mismo Ivanov asesina vilmente, semanas después, al periodista Luis de Sirval.
Los mineros se van retirando; se constituye el tercer Comité Provincial, formado por socialistas y comunistas, con participación de la CNT, aunque sin mandato confederal. Preside Belarmino Tomás. Deciden instalarse en Sama.
Los mineros de Oviedo resisten 48 horas más en el barrio de San Lázaro.
Yagüe no entra en Trubia hasta el 17.
Bando del Comité Provincial Revolucionario de Asturias (16 de octubre)
El Comité Provincial Revolucionario de Asturias.
¡Proletarios todos, obreros y campesinos!
Nuestra Revolución sigue su marcha ascendente. De esta realidad que nadie os aparte.
De nuestra potencia es un exponente la debilidad de las fuerzas enemigas acusada en los procedimientos asesinos que emplean en la lucha, penetrando en las casas de Oviedo en los hogares pobres y degollando con la gumia de uso en las cabilas del Rif, seres inocentes, niños en presencia de sus madres, provocando la locura de estas mártires por muchos conceptos, para luego rematarlas con fruición demoníaca.
¡Obreros: En pie de guerra! ¡Se juega la última carta!
Nosotros organizamos sobre la marcha el ejército rojo. El servicio obligatorio con la incorporación a filas de todos los hombres desde los diecisiete a los cuarenta años. Todos a sumarse a la Revolución. Aquel que no sea apto para el frente, tendrá su destino en los Comités organizadores o en servicios complementarios.
Lo repetimos: En pie de guerra. ¡Hermanos! el mundo nos observa. España, la España productora, confía su redención a nuestros triunfos. ¡Qué Asturias sea un baluarte inexpugnable!
Y si su Bastilla fuera tan asediada, sepamos antes que entregarla al enemigo, confundir a éste entre escombros, no dejando piedra sobre piedra.
Rusia, la patria del proletariado, nos ayudará a construir sobre las cenizas de lo podrido el sólido edificio marxista que nos cobije para siempre.
Adelante la Revolución. ¡Viva la dictadura del proletariado!
Dado hoy, 16 de octubre de 1934.
¡Proletarios todos, obreros y campesinos!
Nuestra Revolución sigue su marcha ascendente. De esta realidad que nadie os aparte.
De nuestra potencia es un exponente la debilidad de las fuerzas enemigas acusada en los procedimientos asesinos que emplean en la lucha, penetrando en las casas de Oviedo en los hogares pobres y degollando con la gumia de uso en las cabilas del Rif, seres inocentes, niños en presencia de sus madres, provocando la locura de estas mártires por muchos conceptos, para luego rematarlas con fruición demoníaca.
¡Obreros: En pie de guerra! ¡Se juega la última carta!
Nosotros organizamos sobre la marcha el ejército rojo. El servicio obligatorio con la incorporación a filas de todos los hombres desde los diecisiete a los cuarenta años. Todos a sumarse a la Revolución. Aquel que no sea apto para el frente, tendrá su destino en los Comités organizadores o en servicios complementarios.
Lo repetimos: En pie de guerra. ¡Hermanos! el mundo nos observa. España, la España productora, confía su redención a nuestros triunfos. ¡Qué Asturias sea un baluarte inexpugnable!
Y si su Bastilla fuera tan asediada, sepamos antes que entregarla al enemigo, confundir a éste entre escombros, no dejando piedra sobre piedra.
Rusia, la patria del proletariado, nos ayudará a construir sobre las cenizas de lo podrido el sólido edificio marxista que nos cobije para siempre.
Adelante la Revolución. ¡Viva la dictadura del proletariado!
Dado hoy, 16 de octubre de 1934.
Bando del Comité Revolucionario de La Felguera (17 de octubre)
Por el momento no tenemos quejas de médicos, farmacéuticos, practicantes, y otras profesiones que parecían alejadas de nuestras inquietudes espirituales. En cambio, panaderos y comerciantes de ciertos artículos de abastos parece como si quisieran poner un grano de arena en el carril que recorre la locomotora de la revolución.
Somos enemigos del extremismo innecesario, pero sepan ellos y cuantos tratasen de imitar su conducta, que obraremos rápido y eficazmente. Al pueblo hay que servirlo cumplidamente y con la dignidad que merece el que pueda ostentar como nadie el título de creador de toda la riqueza.
La Felguera, 17-10-1934.
El Comité Revolucionario
Somos enemigos del extremismo innecesario, pero sepan ellos y cuantos tratasen de imitar su conducta, que obraremos rápido y eficazmente. Al pueblo hay que servirlo cumplidamente y con la dignidad que merece el que pueda ostentar como nadie el título de creador de toda la riqueza.
La Felguera, 17-10-1934.
El Comité Revolucionario
Día 18
Negociación entre Belarmino Tomás y López Ochoa: el Comité acepta deponer las armas; condición esencial: que las fuerzas coloniales mercenarias no entren en cabeza. Condición que, lógicamente, no se cumplió, en contra del criterio, al parecer, del propio López Ochoa.
Belarmino y el Comité (2 socialistas y 2 comunistas) se dirigen a los mineros: “La lucha entre el capital y el trabajo no ha terminado, ni podrá terminar, en tanto que los obreros y campesinos no sean dueños absolutos del poder. El hecho de organizar la paz con nuestros enemigos no quiere decir que reneguemos de la lucha de clases. No. Lo que hoy hacemos es, simplemente, u alto en el camino, en el cual subsanaremos nuestros errores para no volver a caer en los mismos…”
El último llamamiento del Comité Provincial a todos los trabajadores de Asturias, firmado en Sama el mismo día 18 de octubre, terminaba así.
Bando del Comité Provincial Revolucionario de Asturias (18 de octubre)
A todos los trabajadores:
El día cinco del mes en curso comenzó la insurrección gloriosa del proletariado contra la burguesía, y después de probada la capacidad revolucionaria de las masas obreras para los objetivos de gobiernos, ofreciendo alternativas de ataque y defensa ponderadas, estimamos necesaria una tregua en la lucha, deponiendo las armas en evitación de males mayores. Por ello, reunidos todos los comités revolucionarios con el provincial, se acordó la vuelta a la normalidad, encareciéndoos a todos os reintegréis, de forma ordenada, consciente y serena, al trabajo. Esta retirada nuestra, camaradas, la consideramos honrosa por inevitable. La diferencia de medios de lucha, cuando nosotros hemos rendido tributo de ideales y de hombría en el teatro de la guerra, y el enemigo cuenta con elementos modernos de combate, nos llevó por ética revolucionaria a adoptar esta actitud extrema. Es un alto en el camino, un paréntesis, un descanso reparador después de tanto surmenaje. Nosotros, camaradas, os recordamos esta frase histórica: "Al proletariado se le puede derrotar, pero jamás vencer."
¡Todos al trabajo y a continuar luchando por el triunfo!
Comité Provincial Revolucionario de Asturias
18 de Octubre de 1934
El día cinco del mes en curso comenzó la insurrección gloriosa del proletariado contra la burguesía, y después de probada la capacidad revolucionaria de las masas obreras para los objetivos de gobiernos, ofreciendo alternativas de ataque y defensa ponderadas, estimamos necesaria una tregua en la lucha, deponiendo las armas en evitación de males mayores. Por ello, reunidos todos los comités revolucionarios con el provincial, se acordó la vuelta a la normalidad, encareciéndoos a todos os reintegréis, de forma ordenada, consciente y serena, al trabajo. Esta retirada nuestra, camaradas, la consideramos honrosa por inevitable. La diferencia de medios de lucha, cuando nosotros hemos rendido tributo de ideales y de hombría en el teatro de la guerra, y el enemigo cuenta con elementos modernos de combate, nos llevó por ética revolucionaria a adoptar esta actitud extrema. Es un alto en el camino, un paréntesis, un descanso reparador después de tanto surmenaje. Nosotros, camaradas, os recordamos esta frase histórica: "Al proletariado se le puede derrotar, pero jamás vencer."
¡Todos al trabajo y a continuar luchando por el triunfo!
Comité Provincial Revolucionario de Asturias
18 de Octubre de 1934
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