Antecedentes
Elecciones de noviembre de 1933, las primeras en las que pudieron votar las mujeres. Archivo alojado en la web Memoria Republicana.
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PARALIZACIÓN Y MARCHA ATRÁS DE LAS REFORMAS
Las elecciones de noviembre de 1933, las primeras en las que pudo votar la mujer, fueron ganadas por los partidos de centro-derecha, tal y como puedes comprobar en el siguiente enlace. Los dos partidos más votados fueron la CEDA, liderada por Gil Robles, y con un programa que proponía la revisión de la Constitución y de la legislación social, y el Partido Radical de Alejandro Lerroux, cada vez más conservador. Mientras que la izquierda se había presentado a estos comicios dividida y los anarquistas habían hecho campaña por la abstención, la derecha acudió mucho más organizada que en 1931, lo que facilitó su triunfo.
Ante la desconfianza que le generaba el escaso compromiso republicano de Gil Robles, el presidente de la República (seguía siendo Niceto Alcalá Zamora) encargó formar gobierno a Alejandro Lerroux, que creó un gabinete compuesto exclusivamente por miembros de su partido, aunque contaba con el apoyo parlamentario de la CEDA. El nuevo gobierno de Lerroux inició una política de rectificación, paralizando las reformas iniciadas durante el gobierno de Azaña, tal y como puedes ver en el siguiente cuadro:
RADICALIZACIÓN POLÍTICA
El problema en estos momentos era que las posiciones estaban cada vez más enfrentadas. El viraje conservador llevado a cabo por el gobierno de Lerroux (con la paralización de todas las reformas emprendidas anteriormente), unido a la decepción por la derrota en las elecciones provocó la radicalización del PSOE.
En el partido mayoritario de la izquierda española se fueron imponiendo las tesis de Largo Caballero frente a las de los más moderados como Indalecio Prieto. Éste consideraba que, una vez asentada la República y, ante la paralización de las reformas, era necesario dar un paso más, abogando por una revolución de los trabajadores.
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La CEDA, por su parte, había lanzado durante la campaña electoral mensajes poco tranquilizadores para los republicanos: los guiños al fascismo y a la creación de un nuevo régimen aparecían más de una vez en los mitines del líder cedista José María Gil Robles.
"Pero, al mismo tiempo, había que dar estructura a las nuevas derechas españolas. Era necesario ir a la reconquista de España. (…) con deseo de abrazar a los que vengan a luchar las batallas por Dios y por la Patria (…) se quería dar a España una verdadera unidad, un nuevo espíritu, una política totalitaria (…) Nuestra generación tiene encomendada una gran misión. Tiene que crear un espíritu nuevo, fundar un nuevo Estado, una nación nueva; dejar la patria depurada de masones, de judaizantes (…) hemos de hacer de España una gran nación; hemos de someter férreamente a los de arriba y a los de abajo. (…)Hay que ir a un Estado nuevo, y para ello se imponen deberes y sacrificios. ¡Qué importa que nos cueste hasta derramar sangre! Para eso nada de contubernios. No necesitamos el poder con contubernios de nadie. Necesitamos el poder íntegro y eso es lo que pedimos. Entre tanto no iremos al gobierno en colaboración con nadie. (…) la democracia no es para nosotros un fin, sino un medio para ir a la conquista de un estado nuevo. Llegado el momento, el Parlamento se somete o le hacemos desaparecer".
Fragmento de un discurso de José María Gil Robles en el Teatro Monumental de Madrid el 15 de octubre de 1933.
Teniendo en cuenta lo que has leído, ¿crees que la CEDA estaba realmente comprometida con el régimen republicano?, ¿qué modelo de Estado estaba proponiendo?
Este texto pone de manifiesto la radicalización y progresiva derechización de la CEDA a lo largo del periodo republicano. La constante mención a un "Estado nuevo", así como frases del tipo "dejar la patria depurada de masones, de judaizantes" o "¡Qué importa que nos cueste hasta sangre!" sólo pueden interpretrarse, teniendo en cuenta el contexto europeo de la época, como una alusión a la creación de un Estado fascista. Es evidente que lo que pretende Gil Robles no es mantener una República Democrática ("la democracia no es para nosotros un fin") sino crear un régimen nuevo que, por las alusiones y las formas, sólo puede interpretarse como un Estado de corte fascista.
"(...) Mayores avances de carácter socializador caen fuera de la órbita burguesa y corresponden a la naturaleza específica de nuestro Partido Socialista Obrero, para el cual se aproxima, y se desea, sin plazo fijo, pero sin otros aplazamientos que los que exija la vida del régimen, el momento de terminar con la colaboración ministerial y actuar con su personalidad inconfundible de Partido de una clase social que no será realmente libre sino rompiendo con la esclavitud del salario. En virtud de ello, proponemos que, estabilizada la República, el Partido Socialista se consagrará a una acción plenamente netamente anticapitalista, independiente de todo compromiso con las fuerzas burguesas...".
Resoluciones del Congreso del PSOE en 1933.
Resume las ideas principales del texto.
En este texto se pone de manifiesto la radicalización del PSOE. Se propone dejar de colaborar con los partidos burgueses e iniciar "una acción netamente anticapitalista", dando a entender la necesidad de una revolución obrera y la aplicación de las ideas marxistas.
Lluís Companys declara el Estado catalán
En este contexto, la CEDA, que había sido el partido más votado en las elecciones de 1933, aumenta su presión para entrar en el gobierno. Finalmente, el 4 de octubre de 1933, Lerroux nombra a tres ministros de la CEDA. Este hechoes considerado por las izquierdas y los nacionalistas catalanes como un ataque a la República, y las reacciones no se hacen esperar, iniciándose la llamada Revolución de Octubre de 1934.
LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934
En Cataluña, el presidente de la Generalitat, Lluis Companys, no reconoce al nuevo gobierno y declara el Estado catalán hasta que se resuelva la situación.
Al mismo tiempo, la UGT y el PSOE habían declarado una huelga general como protesta por el nombramiento de los ministros cedistas. La descoordinación de las distintas fuerzas de izquierda provocó el fracaso de la huelga en casi toda España. Únicamente en Asturias, donde las izquierdas sí que aparecieron coordinadas (se sumaron también la CNT y el PCE) el movimiento huelguista triunfó, tomando un cariz revolucionario.
Revolución de Octubre. Asturias (TVE) - youtube |
Reflexiona sobre la influencia que tuvo la Revolución de Octubre en el desarrollo de la República y el final de la misma.
La Revolución de Octubre de 1934 tuvo una importante trascendencia en el devenir de la República. No creemos que sea sostenible la interpretación de los historiadores revisionistas, que consideran que estos hechos marcan el inicio de la Guerra Civil (justificando, por tanto, un golpe de Estado injustificable); entre otras cosas, en otros países europeos como Francia hubo movimientos revolucionarios similares en las mismas fechas y sin embargo se mantuvo y se consolidó la democracia.
En cualquier caso, sí que parece evidente que esta revolución y la posterior represión marcó un punto de inflexión en el periodo republicano. Posiblemente, la principal consecuencia de esta revolución es que contriubuyó a aumentar la desconfianza mutua entre izquierda y derecha: para los conservadores, la Revolución de Octubre demostró que las fuerzas de izquierda iban a buscar cualquier excusa para provocar una revolución; para las izquierdas, la actuación y la represión llevada a cabo por la derecha mostraban a las claras el espíritu de una derecha que quería instaurar el fascismo en España.
Mujeres de mineros muertos o detenidos tras los sucesos de 1934. Archivo de Memoria Republicana.
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El balance de la Revolución de Octubre de 1934 fue terrible: además del millar de muertos y el doble de heridos, dejó tras de sí una importante fractura política. Hubo alrededor de treinta mil detenidos, entre ellos gran parte de la oposición política: Companys, los principales dirigentes del PSOE como Prieto o Largo Caballero, e incluso Azaña, que no había apoyado el levantamiento.
Además, la reacción del gobierno de derechas fue el endurecimiento de su política: se suspendió el estatuto de autonomía de Cataluña y se redactó una nueva Ley de Reforma Agraria, que en la práctica era una verdadera contrarreforma.
Pese a todo, la caída del gobierno de Lerroux llegó por sus propios problemas internos. Las diferencias entre el Partido Radical de Lerroux y la cada vez más extremista CEDA eran evidentes. Un ejemplo de la orientación de la CEDA fueron los nombramientos que hizo Gil Robles, como nuevo ministro de Defensa.
Militares claramente contrarios a la República y la democracia fueron designados para puestos clave en la estructura del Ejército. Franco, por ejemplo, fue nombrado jefe del Estado Mayor. La crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción, el escándalo del Estraperlo, que afectó a altos cargos gubernamentales. Lerroux y el Partido Radical cayeron en un descrédito total. La aparición de nuevos escándalos precipitó el fin de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones a Cortes en febrero de 1936.
Seguro que has oído alguna la palabra "estraperlo", según la Academia se refiere a cualquier negocio ilegal y, por extensión, a cualquier chanchullo. El origen de esta palabra hay que buscarlo en los acontecimientos que te hemos narrado. Dos extranjeros, Strauss y Perlowitz, convencieron a las autoridades del gobierno de Lerroux para instalar en España una ruleta eléctrica que fue bautizada como Straperlo (por conjunción de sus dos apellidos). La ruleta resultó ser una estafa y se descubrió que había miembros del Partido Radical e incluso el hijo adoptivo de Lerroux implicados en la misma.
Desde entonces, la palabra estraperlo se ha venido utilizando con frecuencia, especialmente durante las primeras décadas del franquismo.
Las elecciones de noviembre de 1933 fueron ganadas por los partidos de centro-derecha, siendo la CEDA y el Partido Radical los partidos más votados.
El encargado de formar gobierno fue Lerroux, pues Alcalá Zamora no se fiaba del compromiso republicano de Gil Robles. El gobierno de Lerroux se dedicó a paralizar todas las reformas emprendidas en el bienio anterior por el gobierno de Azaña.
Tanto el PSOE, por la izquierda, como la CEDA, por la derecha, fueron radicalizándose cada vez más. Cuando Lerroux nombró a tres ministros de la CEDA, el PSOE y la UGT llamaron a una huelga general, que tomó tintes revolucionarios. Por su parte, en Cataluña, la Generalitat presidida por Companys también se rebeló contra el nuevo gobierno.
La huelga promovida por el PSOE y la UGT fracasó en casi toda España; sólo triunfó en Asturias, donde con ayuda de anarquistas y comunistas, se convirtió en una revolución. La represión del gobierno ante este levantamiento fue durísima: más de un millar de muertos, el doble de heridos y numerosos líderes políticos detenidos.
Finalmente, Lerroux se vio obligado a dimitir en 1935 por el escándalo del estraperlo. Se convocaronelecciones para febrero de 1936.
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